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30 diciembre 2006

Continúa desaparecido un hombre que estaba en el aparcamiento de la T-4 en el momento del atentado

Es un ecuatoriano de 19 años, cuyo coche estaba estacionado en la misma planta donde explotó la furgoneta bomba

EFE, Madrid

La organización terrorista ETA ha roto el alto el fuego que había declarado el pasado 22 de marzo con un atentado con una furgoneta bomba en el aeropuerto de Barajas (Madrid) que ha causado heridas leves a 19 personas. Además, una persona que se encontraba en el lugar de la explosión permanece desaparecida y los bomberos y las Fuerzas de Seguridad del Estado aún la buscan. Parece que es un ecuatoriano de 19 años, cuyo coche estaba estacionado en la misma planta del módulo de aparcamiento D de la terminal 4 en la que explotó la furgoneta-bomba.

Fuentes policiales informaron de la identidad del desaparecido, Diego Armando Estacio Sivisapa, cuya novia se encuentra en las dependencias policiales del aeropuerto. Ambos habían acudido al aeropuerto a recoger a unos familiares y, mientras la mujer se dirigió a la terminal, él decidió permanecer en el vehículo para "echar una cabezada", de acuerdo con lo anunciado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en su comparecencia ante los medios de comunicación.

Desde entonces, no se sabe nada de él y las labores de rescate no son fáciles, pues tres de las cuatro plantas del módulo D del aparcamiento C de la terminal 4 han quedado derrumbadas unas sobre otras como un acordeón. "No ha aparecido y se le está buscando entre los escombros, porque el aeropuerto está muy dañado", añadió el ministro.

El servicio del Samur-Protección Civil ha atendido en el hospital de campaña que ha instalado en la zona a 19 personas, entre ellas dos policías y un taxista, y pasajeros que estaban desalojados en la pista en el momento de la explosión y muchos de los cuales presentaban traumatismos de tímpano. Todos ellos presentan lesiones leves. En total cinco personas han sido trasladadas a hospitales de Madrid, donde recibieron el alta unas horas más tarde.

Los pasajeros que esta mañana estaban en la terminal relataron a Efe las escenas de tensión, nerviosismo y angustia que se han vivido en la terminal y en las pistas a donde fueron conducidos cientos de viajeros para preservar su seguridad.

José María Gijón, un hombre de 52 años que había acudido a la T-4 de Barajas para despedir a su hijo que emprendía viaje a Colombia, vivió muy de cerca la explosión de la furgoneta bomba de ETA al sentir "algo peor que un terremoto" cuando salía en su coche del aparcamiento de la terminal.

Esta persona explicó que había dejado su automóvil en la primera planta del parking, ya que el vuelo salía a las diez de la mañana. Sin embargo, cuando aguardaba el embarque dentro de la terminal 4, en compañía de su hijo y de su esposa, vio que se estaba montando un amplio despliegue policial alrededor del estacionamiento, por lo que decidió regresar inmediatamente al recinto ante el temor de que por algún motivo la grúa pudiera llevárselo. Allí, un agente de la Policía le dijo que podía retirar su coche, sin darle más explicaciones, así que se montó en el vehículo y tomó rumbo a la salida, momento en el que sintió "algo peor que un terremoto" al estallar el explosivo colocado por ETA, ocasionando la caída de cascotes desde la parte alta del edificio.

Primera vez

Es la primera vez que la banda terrorista ETA no avisa cuando da por finalizada una tregua. Aunque Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, ha declarado que considera a la banda terrorista responsable del atentado, el modus operandi es diferente al que el conjunto vasco tuvo durante las treguas de 1989 y 1998. En ambas ocasiones ETA hizo pública su decisión de dar por terminado el periodo sin atentados, varios días antes de llevar a cabo acciones con armas o explosivos y de causar víctimas.

ETA fue endureciendo su postura en sucesivos pronunciamientos desde el anuncio de alto el fuego del pasado 22 de marzo, pasando de mostrarse en esa fecha dispuesta a llevar "hasta el final" el proceso de paz a emplear en agosto la palabra "crisis" y advertir de los riesgos de ruptura del mismo.

Desde el principio de la tregua han pasado 283 días, y hasta el atentado en el aeropuerto de Barajas, la banda terrorista se ha pronunciado en ocho ocasiones sobre la situación abierta desde dicho anuncio, pero fue el pasado 18 de agosto cuando se refirió por primera vez a una situación de crisis del proceso de paz en el País Vasco. Lo hizo desde un comunicado publicado en el diario Gara, en el que la organización responsabilizó de dicha situación a la actitud del PNV y el PSOE y advirtió de que si "los ataques contra Euskal Herria" continuaban, "ETA responderá".

La banda, no obstante, todavía reiteró en esa fecha su compromiso con los objetivos expresados en su declaración del 22 de marzo, instó a "adoptar compromisos y decisiones claras en esa dirección" y avisó de que el proceso estaba en un "impasse".

Hasta entonces, ETA había emitido cuatro comunicados en los que expresó su disposición a "impulsar un proceso democrático en Euskal Herria" y a llevarlo "hasta el fin", y el 14 de mayo había concedido una entrevista a Gara en la que consideró que era el momento de "materializar los compromisos" de ese proceso.

En el tercero de estos comunicados, dado a conocer el 14 de junio, ETA instó también al Gobierno francés a negociar y requirió su "implicación" en el proceso de paz al considerar que las autoridades galas no pueden ser "espectadores pasivos".

Su cuarto comunicado fue difundido una semana después por la televisión vasca EITB y varias emisoras de radio, al día siguiente de una operación policial conjunta de Francia y España contra la red de extorsión de ETA que ha gestionado y recaudado el llamado "impuesto revolucionario" durante los últimos años, que acabó con doce detenidos.

En su anuncio, la banda emplazaba a las "autoridades españolas" a "adoptar y cumplir sus compromisos de alto el fuego, garantizando el cese total de la represión", y exigía al Gobierno "garantías suficientes de no injerencia por parte de los poderes del Estado" en el proceso de paz.

ETA reiteró entonces que "la paz aquí y ahora es posible", así como que "la voluntad y el deseo" de alcanzar "mediante el diálogo y la negociación una paz justa y duradera con el Estado español es total".

En agosto llegó la primera advertencia sobre la crisis del proceso y, un mes después, Gara informaba sobre el mensaje que tres etarras encapuchados hicieron público durante un acto con motivo del Gudari Eguna en Guipúzcoa, en el que se señalaron el compromiso de la banda de "seguir empuñando las armas firmemente" hasta lograr "la independencia y el socialismo de Euskal Herria".

La posibilidad de una ruptura del proceso apareció reflejada aún más claramente en el número 111 del boletín interno de ETA Zutabe correspondiente al mes de octubre, en el que la banda denunció "una crisis del proceso" negociador que podría llevar a la ruptura del mismo "si el Gobierno español no cumple sus compromisos".

ETA responsabilizó de esa situación a los Estados español y francés, así como a algunos partidos -especialmente al PSOE y PNV-, por haber dejado pasar "un tiempo precioso" durante los últimos meses y expresó su voluntad de hacer un "nuevo esfuerzo" para "reconducir" un proceso que, en su opinión, se encontraba "bloqueado".

Robo previo de armas

El atentado en Barajas se produce poco después del hallazgo de dos zulos en el país vasco y dos meses más tarde de que ETA robara gran cantidad de armas en Francia.