Rebajan la pena a un maltratador porque sufre depresión
La Audiencia de Cantabria ha rebajado a la mitad la pena de seis meses de cárcel impuesta por un Juzgado de Santander a un hombre que intentó hacer sufrir a su ex mujer por todos los procedimientos posibles, porque el reo padece una depresión agravada por la soledad, su separación y conflictos de convivencia.
Según los hechos probados de la primera sentencia, que no son alterados por la Audiencia, el procesado, E. J. S. R., remitió al domicilio de su ex mujer cartas con insultos y amenazas.
Acoso permanente
El juez que vio el caso en primera instancia señaló que la actitud de acoso desde la separación matrimonial por parte del acusado ha sido permanente y reiterada, sirviéndose de todos los procedimientos posibles para generar ansiedad y sufrimiento a la víctima, lo cual ha supuesto la existencia de múltiples denuncias y juicios.
El informe presentado por la Policía Local al juez relataba cuáles eran varios de los procedimientos a los que recurrió el acusado para hacer sufrir a su ex mujer: saboteó los frenos de su coche, le pinchó todas las ruedas al vehículo, la amenazó por teléfono, hizo pintadas en los alrededores de su casa, colgó carteles con su foto en los que la llamaba puta y ladrona y le envió cartas injuriosas.
La Audiencia reconoce que E.J.S.R. es culpable de un delito de violencia doméstica, pero también establece que la pena inicialmente impuesta se debe reducir con una atenuante de alteración psíquica.
Acoso permanente
El juez que vio el caso en primera instancia señaló que la actitud de acoso desde la separación matrimonial por parte del acusado ha sido permanente y reiterada, sirviéndose de todos los procedimientos posibles para generar ansiedad y sufrimiento a la víctima, lo cual ha supuesto la existencia de múltiples denuncias y juicios.
El informe presentado por la Policía Local al juez relataba cuáles eran varios de los procedimientos a los que recurrió el acusado para hacer sufrir a su ex mujer: saboteó los frenos de su coche, le pinchó todas las ruedas al vehículo, la amenazó por teléfono, hizo pintadas en los alrededores de su casa, colgó carteles con su foto en los que la llamaba puta y ladrona y le envió cartas injuriosas.
La Audiencia reconoce que E.J.S.R. es culpable de un delito de violencia doméstica, pero también establece que la pena inicialmente impuesta se debe reducir con una atenuante de alteración psíquica.



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